La llegada de la Inteligencia Artificial Generativa (IAG) en todos los aspectos de nuestra vida, y en especial en nuestras empresas, nos abre un abanico de posibilidades sin precedentes. Sin embargo, esta revolución tecnológica también plantea desafíos éticos y legales que exigen una atención inmediata. En este contexto, la adopción de códigos de conducta sólidos se ha convertido en una necesidad imperiosa para las empresas que utilizan la IAG, aunque de momento son voluntarios y no se exigen por la normativa vigente.
El Desafío Ético de la IAG
La capacidad de la IAG para generar contenido, desde textos e imágenes hasta código y música, plantea preguntas fundamentales sobre la autoría, la propiedad intelectual y la responsabilidad. Además, su potencial para crear «deepfakes» y difundir información errónea exige una regulación cuidadosa para evitar el abuso y la manipulación.
Las Pautas de la OCDE: Un Marco de Referencia
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) ha establecido un conjunto de principios para la IA que sirven como una guía valiosa para las empresas. Estos principios, que incluyen la transparencia, la responsabilidad y la seguridad, subrayan la importancia de un enfoque ético y centrado en el ser humano para el desarrollo y el uso de la IAG.
El Reglamento IA de la UE: Un Paso Decisivo
La Unión Europea ha dado un paso audaz al proponer el Reglamento IA, una legislación pionera que busca regular el uso de la IAG y otras formas de inteligencia artificial. El reglamento clasifica los sistemas de IA según su nivel de riesgo y establece requisitos estrictos para los sistemas de alto riesgo, como los utilizados en la identificación biométrica y la toma de decisiones judiciales.
Riesgos de un uso indiscriminado de la IAG
El uso indiscriminado de la Inteligencia Artificial Generativa (IAG) por empleados en la empresa puede desencadenar riesgos significativos, incluyendo fugas de datos sensibles y violaciones de privacidad de los clientes, infracciones de derechos de autor y problemas de cumplimiento legal, daños a la reputación por contenido sesgado o inapropiado, y una dependencia excesiva que merma la creatividad y habilidades de los empleados, además de la propagación de información errónea por «alucinaciones» de la IA; por ello, es vital establecer políticas claras, formar a los empleados y supervisar el uso de la IAG para mitigar estos peligros.

La Importancia de los Códigos de Conducta Empresariales
Más allá de las regulaciones gubernamentales, las empresas tienen la responsabilidad de establecer sus propios códigos de conducta para garantizar el uso ético y responsable de la IAG. Estos códigos deben abordar cuestiones como la transparencia en el uso de la IAG, la protección de la privacidad de los datos, la prevención de la discriminación y la garantía de la rendición de cuentas.

El Futuro de la IAG: Una Llamada a la Acción
La IAG tiene el potencial de transformar nuestras vidas de manera positiva, pero solo si la utilizamos de manera responsable y ética. Las empresas tienen la oportunidad y la responsabilidad de liderar el camino hacia un futuro en el que la IAG beneficie a todos. Al adoptar códigos de conducta sólidos y alinearse con las pautas de la OCDE y el Reglamento IA de la UE, las empresas pueden garantizar que la IAG se utilice de manera que promueva el bienestar humano y el progreso social.
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